Necesidades y Costuras

''Mi infinidad, mi pequeño ''Para siempre''. Pronuncio tu nombre, despacio, lo escribo sin querer. Y sin embargo, te quiero. Más que a nada en el mundo entero, te quiero. Mi pequeña luz, la palabra correcta. La llave que abre todas las puertas. Y sin embargo, estás tan lejos. Que ya ni siquiera puedo escucharte, ya ni siquiera puedo acariciar la sombra que deja tu sonrisa sobre la cama, cuando te vas...''

lunes, 11 de febrero de 2013

Era Domingo Cuando Me Di Cuenta





Ella rompió mis canciones, mis cartas y me mordió la boca. No creía que fuera más importante la vida, que ésta misma noche. Había un silencio entre los dos, que nos desarmaba a pedazos. Fue en el último tiempo que pasó, cómo los viajantes que vuelven. Es odioso volver. Ella volvía cada tanto, me daba un cigarrillo y varías preguntas. Me gustaba imaginarla frente a una máquina de escribir. No sé si la quiero, si la amo o si ya la olvidé y no quiero aceptarlo. 
No quiero hablar de algunas cosas. No es momento. Sé que no entiendo la vida, espero entender la muerte. ¿Me cantas una canción, por favor? Y es que a veces, estoy triste, y otras, ni siquiera estoy. Se que me alejo de vos, y de todos. Pero también me aferro a tus manos, pensando que me estás sujetando, salvándome, del abismo que me esperaba abajo, cuando no me doy por enterado, que ya estoy enterrado. 
¿No te parece que exagero, a veces? Bueno, es parte de mi encanto. O desencanto. No tengo sonrisas que no estén perfumadas con llantos. No estoy bien, pero no me importa. No seguí adelante, lo acepto. Pero tampoco me quedé quieto. La vida se me va en Buenos Aires. Y no está tan mal, si lo ves desde la perspectiva indicada. 
Va a ser domingo dentro de poco, y se va a hacer tarde. Me siento mal, y no quiero volver ahora. El tren me hace sentir mal, y la gente, peor. Tomé una pastilla que compré, con un poco de agua. El ruido incesante de la multitud me dice que llegará pronto el tren. Sé que no estás acá. Sé que no me querés. Nadie me puede querer. Nadie.