Necesidades y Costuras

''Mi infinidad, mi pequeño ''Para siempre''. Pronuncio tu nombre, despacio, lo escribo sin querer. Y sin embargo, te quiero. Más que a nada en el mundo entero, te quiero. Mi pequeña luz, la palabra correcta. La llave que abre todas las puertas. Y sin embargo, estás tan lejos. Que ya ni siquiera puedo escucharte, ya ni siquiera puedo acariciar la sombra que deja tu sonrisa sobre la cama, cuando te vas...''

viernes, 25 de enero de 2013

El Último Día : Los Agujeros

Día 15 .

Caminé la calle deshabitada. No crecieron más árboles, más flores ni jardines. Todo estaba ya utilizado. Todo ya fue destruido. Desde aquel día, nada volvió a ser lo mismo. Fue ese día, trágico día, que todo convulsionó, todo se derrumbó para siempre. Desde ese día, ya no respiramos. No podemos tocar nuestras manos. Estamos prohibidos. Han dicho en los televisores que ya pasará. Doctores y políticos, dieron su testimonio. Tenemos que utilizar éstas mascaras hasta que todo pase. Hasta que ya no queden recuerdos de lo que pasó ese día.

Sobre los restos de lo que una vez fue un Fiat azul, habló mientras escondía detrás de sí, a una mujer. Poco a poco, nos fuimos reuniendo.Nosotros los desafortunados sobrevivientes. Dijo que todo había sido planeado por los mismos que había desatado la tercer guerra, y las plagas del sur. Entonces, la mujer antes escondida, pasó a protagonizar el testimonio del hombre. La desnudó frente a nosotros. Horrorizados vimos, los agujeros que se abrían en su cuerpo. No sangraba. Simplemente eran agujeros que dejaban ver del otro lado, el paisaje seco y muerto, muerto para siempre en vida. ''Ésto es lo que les sucedera a todos ! Ustedes también tendrán sus agujeros ! Pues todos están envenenados! Estaba en el agua, en el aire, en la comida ! Todos somos muertos ahora ! Oh ! Dios está muerto y lleno de agujeros , cómo pronto estaremos nosotros !'' Temí. Me alejé lo más rápido que pude. El cielo no fue nunca más azul desde aquella tarde. Cuando todo sucedió . 
No soportaba mi mascara, sentía nauseas. ¿Sería verdad aquello? Busqué en mí, y no encontré agujeros. ''No todavía'' - pensé. 

Hace más de diez días no comía. Nadie lo hacía. No se nos permitía más que ver los televisores enormes que pendían desde el cielo, hasta que llegasen las máquinas el próximo mes. Las maquinas que haría nacer las flores y nos darían el alma de vuelta al cuerpo, llegaría pronto.

De pronto escuché. Los gritos horrorizados de un anciano, rompían el silencio del atardecer sin ocaso. ''Era verdad'' ''Por dios, era cierto''. Lloraba, y se retorcía en el suelo. Estaban empezando a crecer agujeros en sus manos, y en sus pies. Agujeros creciendo. Era un dolor inmenso, más grande que la muerte. Nadie más acudió a sus llamados, estban todos mirando los televisores que pendían desde el cielo.