Y así, tan destructivo. No lastimo a nadie, a nadie más que a mí.
No soporto esa parte de mí, que no tiene nada que ver conmigo,
y sin embargo, se lleva todos los aplausos.
Soy un error, por el que pedirán perdón más tarde.
Un inconveniente. Una separación constante.
De mí, conmigo, sin mí y sin nadie.
Y así, tan vacío. Te agarré, lo más fuerte que pude,
para que nunca puedas soltarte, y dejarme solo,
porque yo te necesito para vivir ahora.
Y así, te asesino cada tanto, cada vez que entiendo,
que no sos más que un sueño, o quizás, en el mejor o peor de los casos,
un recuerdo, que jamás sucedió, que reprimí, que escondí,
abajo de la alfombra, cómo me enseñó papá.
Una historia así, no tiene finales felices disponibles,
para mí, para vos, para nadie.
¿No ves? No tengo ni idea de cómo hacer las cosas,
Todo lo que necesito, es lo que me mata.
Pero mi amor, ¿No entendes?
La belleza del amor, es lo obsesivo y destructivo que puede ser,
no sin antes darte un beso de buenas noches.
Si estás al borde del precipicio, salta.
¿Qué vas a hacer?
Todos quieren un buen espectáculo,
El público es impaciente.
Salta, salta.
Robales todos los aplausos.
