Me enamoré de una actriz, de corazón frágil, inestable,
Ella me besó una vez, una tarde en Buenos Aires.
Ella fue tan diferente para mí, entre tanta gente,
Protagonista de mis canciones más recurrentes.
Y la amé, cómo amo las causas perdidas,
las historias marchitas, los barcos a la deriva.
Y esa tarde, no me escucho que la llamé,
Para decirle que no se vaya, no te vayas.
Cuántas noches esperé a que llamara, tantas mañanas,
Ella todavía debe tener mis cartas, tan desesperadas.
Ella fue tan diferente para mí, entre tanta gente,
Ella me hacía creer que todo podía ser diferente,
Y la amé, como amo las causas perdidas,
noches violentas y depresivas, vidas desprevenidas.
Y esa noche cuando la llamé, para decirle que,
Todavía la quería, no reconoció mi voz,
Ella no reconoció mi voz.